Buen día! Al aterrizar en Barcelona, me acogió con un agradable calor acompañado con el ánimo y bullicio de una de las ciudades más populares en el mundo. Comparado con la rápida caída de temperatura en septiembre que experimentamos en el Reino Unido, he tenido el placer de llevar una camiseta a cualquier hora del día durante todo el mes, y aún ahora hace 22 grados en el medio de octubre.
Después de conocer a mis compañeros de piso, prácticamente de inmediato comencé de trabajar en Hospital Duran i Reynals, que forma parte del instituto catalán de oncología e investigación biomédica (IDIBELL). El viaje me pareció un lío con varios modos de transporte público que no se conectan bien con el hospital específico donde trabajo. Con filas eternas de tráfico por la mañana y por la tarde, compré una bici para desplazarme por los bien diseñados carriles de bici que tenemos aquí en Barcelona. Mi equipo investiga la neuroinflamación para las enfermedades Parkinsons y THD (Deficiencia de la Tirosina Hidroxilasa – un defecto de los neurotransmisores caracterizado por producir parkinsonismo, distonía y retraso mental en los pacientes) con trabajo de vanguardia de cultivo célular con iPSC, un tipo de células madre. Las primeras semanas consistieron de mi paulatina integración y una mirada de los procesos en cultivos y técnicas de laboratorio. Aprendí cómo cultivar astrocitos, preparar medios, fijar organoides y llevar a cabo la inmunoflorescencia y western blot. Cada semana tenemos reuniones laboratorios en las que presenta un cientifico sus nuevos resultados, viniendo de otros departamentos, que me da una perspicacia en otros proyectos. En las semanas siguientes, a medida que desarrollaba más confianza y experiencia, esta semana he podido realizar tareas solo como fijar organoides, cortarlos en criostato (una maquina que mantiene una temperatura de -20 para facilitar cortes de 20μm de un bloque de OCT, lo que tiene los organoides fijados) y también he empezado un pequeño proyecto de quantificación molecular con unos organoides de la enfermedad THD con análisis estadístico. Mi proyecto analiza la eficacia de un nuevo tratamiento propuesto por un estudiante de másters quién terminó su puesto. La hazaña de aprender todos los procedimientos en español no me ha venido mal pero tampoco resultaba fácil. Con un nuevo entorno cíentifico que no cumple con mi fondo de oncología e inmunología, la información me parece totalmente nueva, de ahí que con la presión añadida de realizar formación en una lengua secundaria ¡mi cabeza vaya explotando todos los días!
Como un inglés quien no está bien acostumbrado a celebrar nada más que el cumpleaños y la navidad, la miríada de fiestas españolas era una bien acogida sorpresa. En septiembre, Barcelona tiene la Mercè, la que celebra el honor de la patrona de Barcelona, la Mare de Deu de la Mercè (Madre de Dios de la Merced), cuyo día grande es el 24 de septiembre. No solo el 24, sino los días alrededores de esta fecha ofrecen un compendio de actividades y celebraciones catalanas como conciertos, pirotécnicos y desfiles públicos. Durante los desfiles, la gente se viste en disfraces enormes y caseros de animales como dragones, burros, entre más, con bengalas conectados a su cabeza y la boca. Me puse muy cerca y aún tengo una marca de quemadora en la camiseta, algo que me enseñó por qué todos los locales llevan impermeables. En otro fin de semana, he tenido el placer de salir con unas amigas españolas a quienes enseñé el buceo en Indonesia durante el verano. Me enseñaron un bar popular entre locales (la Oveja Negra), cómo está la bien sangría española, y también me invitaron a Valencia para el buceo en noviembre, algo que me da la gana.
El lado legal de estar en España me ha costado mucho más que pensé, dado que el visado no es el punto final de este camino, sino el comienzo, y ya había experimentado muchos problemas con este asunto. Tras problemas con la agencia de alquiler, el visado que faltó el número NIE que debe haber tenido, mal consejo por parte de la Universidad de Barcelona, y una lucha para conseguir citas con la policía, el lado burocrático se convirtió rápidamente en un lío total que me amenazaba la estancia en España. Por suerte, logré solucionar todo al tomar unos días sin trabajar, y por fin, después de un mes en España, puedo respirar hondo sabiendo que mi estancia está toda legalizada. Refleja bien el lado negativo de Brexit, lo cual repercute a los estudiantes Erasmus de mala forma con respecto a la finanza y la burocracia, cultivando estrés que mancha la hazaña hermosa de tomar un salto para vivir en otro país y experimentar una cultura nueva. No obstante, me esforzcé en aprender mucha independencia dada la falta de buen ayuda y consejo concreto, y por cierto llevaré lo que aprendí a los nuevos estudiantes ingleses para el año que viene.
En resumen, sigo adaptándome a la cultura de España, pero a pesar de los inevitables problemas iniciales asociados con mudarse de país, espero con emoción lo que me traigan los meses siguientes en España.
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Good day! Upon landing in Barcelona, I was greeted by pleasant warmth, accompanied by the energy and bustle of one of the most popular cities in the world. Compared to the rapid temperature drop we experience in the UK in September, I’ve had the pleasure of wearing a t-shirt at any time of the day throughout the month, and even now, it’s 22 degrees in mid-October.
After meeting my flatmates, I practically started working immediately at the Hospital Duran i Reynals, which is part of the Catalan Institute of Oncology and Biomedical Research (IDIBELL). The commute seemed like a mess to me with several modes of public transport that don’t connect well to the specific hospital where I work. With endless lines of traffic in the morning and evening, I bought a bike to get around using the well-designed bike lanes we have here in Barcelona. My team investigates neuroinflammation in diseases like Parkinson’s and THD (Tyrosine Hydroxylase Deficiency – a neurotransmitter defect characterized by parkinsonism, dystonia, and mental difficulties in patients) with cutting-edge cell culture work using iPSCs, a type of stem cell. The first few weeks consisted of my gradual integration and an overview of culture processes and lab techniques. I learned how to culture astrocytes, prepare media, fix organoids, and perform immunofluorescence and western blot. Each week we also have lab meetings in which scientists from other departments present on their research, which gives me an insight into different projects. In the following weeks, as I gained more confidence and experience, this week I was able to perform tasks alone, such as fixing organoids, cutting them in a cryostat (a machine that maintains a temperature of -20°C to facilitate 20μm cuts from an OCT block, which holds the fixed organoids), and I also started a small project on molecular quantification using THD organoids with statistical analysis. My project analyzes the efficacy of a new treatment proposed by a master’s student who finished their placement. The challenge of learning all these procedures in Spanish hasn’t been too bad, but it wasn’t easy either. In a new scientific environment that doesn’t align with my background in oncology and immunology, the information feels completely new, and with the added pressure of training in a second language, my head feels like it’s exploding every day!
As an Englishman who’s not used to celebrating anything more than birthdays and Christmas, the myriad of Spanish festivals was a welcome surprise. In September, Barcelona has La Mercè, which celebrates the patron saint of Barcelona, the Mare de Deu de la Mercè (Mother of God of Mercy), with the main day being September 24th. Not only on the 24th, but the days surrounding this date offer a wide range of Catalan activities and celebrations like concerts, fireworks, and public parades. During the parades, people dress up in huge, homemade animal costumes like dragons, donkeys, and others, with sparklers attached to their heads and mouths. I got too close and still have a burn mark on my t-shirt, which taught me why all the locals wear raincoats! Another weekend, I had the pleasure of going out with some Spanish friends I taught to dive in Indonesia during the summer. They showed me a popular bar among locals (La Oveja Negra), how good Spanish sangria is, and they also invited me to Valencia for diving in November, which I’m really looking forward to.
The legal side of being in Spain has been much more difficult than I thought, as the visa isn’t the endpoint of this process, but the beginning, and I had already experienced many problems with this. Following problems with the rental agency, the visa that lacked the NIE number it should have had, bad advice from the University of Barcelona, and a struggle to get appointments with the police, the bureaucratic side quickly became a total mess that threatened my stay in Spain. Fortunately, I managed to resolve everything by taking a few days off work, and finally, after a month in Spain, I can breathe easy knowing my stay is fully legalized. This reflects on the negative side of Brexit, which negatively affects Erasmus students, both financially and bureaucratically, creating stress that taints the amazing opportunity of taking the leap to live in another country and experience a new culture. Nevertheless, I worked hard to learn a lot of independence due to the lack of solid help and concrete advice, and I will certainly pass on what I’ve learned to new English students next year.
In summary, I’m still adapting to the culture of Spain, but despite the inevitable initial problems associated with moving to a new country, I’m excited to see what the coming months will bring in Spain.