Español
Buenas a todos!
Cuando abril termino fue un mes muy ocupado, me había mudado muchas veces del alojamiento y en ningún mes estuve permanentemente. La búsqueda de un apartamiento es muy difícil de realizar en una ciudad pequeñita como Santa Marta por causa de la utilización de herramientas como la red de internet que se utiliza mucho en ciudades grandes como Medellín o Bogotá – pero creo que el gobierno regional quiere cambiar eso. Por que al hacerlo se necesita hablar con la gente, caminar en las calles para buscar anuncios de alquiler, y entonces encontré un apto de una chica colombiana.
Estar cómodo significa que ahora tengo una rutina y puedo comenzar a viajar y encontrar la cultura colombiana. Al inicio de mayo viajé a Medellín, la segunda ciudad con el crecimiento más rápido de Colombia. Sabía que esperar de una gran metrópoli suramericana después de Bogotá, donde los barrios se extienden a las montañas y los rascacielos que aparecen topan en el centro. Se localiza Medellín como Bogotá entre las montañas y tiene un clima templado al que es referido como “primavera eterna” por la gente, hace calor en el sur y frío más alto. Pero el sentido de modernidad fue lo que me ha sorprendido puesto que es un lugar que recientemente ha recibido y mejorado muchísimo gracias a las inversiones y que ha aumentado por otro lado al turismo, donde se desarrollan parques, museos y centros comerciales en toda la ciudad.
Los paisas son muy orgullosos del cambio en la capital (del departamento de Antioquia) que ha pasado en veinte años. Ahora Medellín es una de las ciudades más seguras en Latino-américa cuenta con el metro, los metrocables y una cultura alternativa muy popular que significa que actualmente los días del narcotráfico siguen solamente en enclaves pequeños en el norte en la cuidad.
En contraste con Medellín y el tiempo frío, la semana pasada viajé al punto más al norte en Sudamérica, Punta Gallinas en La Guajira, una región que sufre de sequías severas (no había lluvia en el pueblo por cuatros años), con características como desiertos y dunas. La Guajira es una región excepcionalmente diversa con muchas culturas indígenas que es una mezcla con el español y el indígena. Algunos hablantes tienen una lengua de ambos idiomas, lo cual es increíble.
English
The end of April was a hectic month, I had moved accommodation several times, there was a month where nothing I had was permanent. Searching for an apartment in a small city such as Santa Marta is a difficult thing to do, here there isn’t the internet presence you might find in Medellin or Bogota – but I hear the regional government are looking to change that. Through talking to locals, wandering the streets looking for “For rent” signs, I found an apartment with a Colombian girl.
Being settled means now I have more of a routine, and can start travelling and getting to know the Colombian culture. One trip I made at the beginning of May was to Medellin, Colombia’s second and fastest growing city. Having already seen Bogota, I knew what to expect from a large south American metropolis, with barrio’s sprawling out towards the mountains and high rises springing up awkwardly in the centre. Medellin sits much like Bogota between the mountains and has a temperate climate which is often referred to as the ‘eternal spring’, warmer towards the south and cooler further up the mountains. What struck me about Medellin was the sense of modernity, a place which has benefited recently from a lot of investment and a huge increase in tourism, with parks, museums and commercial centres in development across the entire city. The locals are proud of the change their capital (of the department of Antioquia) has undergone in the last 20 years, with a metro line, cable cars and a popular alternative culture – it is now one of the safest cities in Latin America – nowadays only remnants of the drug trafficking days are still alive far in the north.
In contrast to the cooler spring temperatures in Medellin, last week I made a trip to the most northern point of south America, Punta Gallinas in La Guajira, an area suffering severe drought (one town has not seen rain in 4 years), featuring deserts and sand dunes. La Guajira is an exceptionally diverse area with many indigenous cultures mixing with Spanish speakers, who incredibly pepper their speech with words from Spanish and native languages.