After being here now for several months, Valencia really does feel like home. Off the top of my head, there is not one thing that I can complain about! Now that I have settled in, I have fallen into a good rhythm here that allows me to enjoy life as an Erasmus student but also get work done for uni. I go to the Uni during the weekdays, and in the evenings I go to events when I have time, for example going to the weekly paella night with other University of Valencia students. on Friday I normally go out with friends clubbing, and then on the weekends I either explore Valencia more or go on trips.
The first trip I went on, was to the Island of Tabarca (aka Spain’s smallest island). I went with the coach and then took the ferry. The island was beautiful and tiny. It felt quite antiquated and I had the impression that even with the influence of tourism it hadn’t changed too much over the years. We had a tour of the island and then enjoyed swimming in the sea and also snorkelling! The weather was fenomenal and although we didn’t see that many fish it was nevertheless a really fun experience!
I also went on another day trip, this time to Alicante. We went to the Castle, had a tour through town, and travelled further to the pink lake. The castle was incredible with 1200+ years of history: having been occupied by the British, French, and of course, the Spanish over the past millennia. The town had some beautiful little streets and the closer to the centre you went the more modern and touristy the city became. The sea looked beautiful and clear and the weather was so warm and it was obvious why Alicante is such a popular tourist destination. We then travelled another hour by coach to see the pink lagoon, a lake known for turning pink due to a pigment in the sediment. Unfortunately due to storms in the weeks before the pink was not as visible as it normally would have been. Nevertheless, the marshland was very tranquil. Our trip was made complete with an incredible sunset on the journey back.
Después de vivir aquí desde hace unos meses, Valencia se ha convertido en mi nueva casa. Sinceramente, no puedo pensar de ninguna característica de esta bonita ciudad que no me guste. Ya me he acostumbrado a vivir en España y he encontrado un buen ritmo que me viene bien y me permite disfrutar de mi vida como estudiante de Erasmus mientras que me da tiempo para estudiar para la uni. Durante la semana suelo ir a la Universidad,asistir a unos acontecimientos de diversión en donde me quedo con otros estudiantes, y el Viernes salgo con amigos a una de la multitud de discotecas o bares que hay aquí. El fin de semana me da suficiente tiempo para viajes fuera de Valencia o tiempo para explorar y conocer mejor Valencia.
El primer viaje que hice fue a la Isla de Tabarca,conocida también como la isla menor de España. Fui con Autobús y luego con barco. La isla era pequeña y preciosa. Me pareció muy antigua y tuve la impresión de que a lo largo del tiempo la influencia del turismo había aumentado sin perjudicar a la isla. Recorrimos toda la Isla con una guia que nos explicó la historia. Después gozamos del mar y practicamos buceo con tubo. El tiempo era fenomenal y aunque no vimos tantos peces como hubiéramos querido lo pasamos muy bien!
El próximo viaje que yo hice fue a Alicante. En primer lugar visitamos el Castillo de Santa Bárbara. En segundo lugar recorrimos la ciudad con la ayuda de una Guía. Después, teníamos tiempo libre y por fin fuimos más lejos para visitar el lago rosa.
El Castillo de Alicante me encantó, estaba encima de la ciudad y se veía muy impresionante con vistas asombrosas sobre la ciudad y el mar. Tuvo más de 1200 años de historia y durante este milenio fue ocupado por los ingleses,los franceses y por supuesto los españoles.
La ciudad me sorprendió con sus calles pequeñas y bonitas que indicaban el rastro de un rico pasado. Lo más moderno de Alicante era el centro, en comparación con el estilo más antiguo que se podía observar en las afueras. Además,cuando llegamos al mar nos dimos cuenta porqué Alicante es tan popular entre los turistas. El mar brillaba y era tan transparente que no me lo podía creer. Entonces, fuimos al lago rosa, famoso por su pigmento que le da la apariencia rosa, ubicado en los sedimentos del fondo del lago. Por desgracia, por las tormentas de las últimas semanas no pudimos ver el color, pero a pesar de esto, estar en los pantanos fue muy relajante y tranquilo. En el camino de vuelta terminamos nuestro viaje,mirando un atardecer sensacional, el cual admiramos y aprovechamos para sacar muchas fotos.