Con la llegada del nuevo año, tenía la firme intención de aprovecharme de cada momento de tiempo libre que tengo a mi disposición en Barcelona. Los meses anteriores ya volaron, y me encontraba con pocas ganas de irme arrepentido. Además, todavía no había podido visitar los lugares de interés más famosos de la ciudad por estar agobiado de faena en el lab.
Dicho esto, empecé bien en 2025 con una visita a Monserrat, una aldea rural en las montañas que
Un derrote brutal de Valencia – 7-1!!!
se ha convertido en un paraiso turístico con vistas estupendas por toda la ciudad. A mi amiga chilena del piso le doy todo el crédito, porque fue ella quien me propuso la idea, y como un buen amigo, obviamente me apunté (o como se dice en Chile, apañarse – “me apañé”). Nos fuimos yo, ella, y otra amiga mexicana vestidos en ropa normal, solo para acabar caminando unos 7,25km con un ascenso de 1.419 pies para echar una mirada desde los cielos a nuestra querida ciudad. 
Caminamos lento para aprovechar la carencia de ruido y contaminantes en el aire, que abundan en el centro de Barcelona… saqué un MONTÓN de fotos. A mí me gusta llevar al límite la cámara de un iPhone y editar en Lightroom, ¡entonces os dejo juzgar las fotos adjuntas! Asimismo, la caminata pequeña me convino perfectamente como una práctica pequeña para mi caminata benéfica de Kilimanjaro, que realizo en agosto de este año. Esa caminata sirve para apoyar a una organización, quien facilita proyectos de sanidad en Bomet, Kenya. La caminata dura unos 6 días, así que me toca prepararme bien. Tendré muchas más oportunidades de entrenamiento, ¡confía en mí!
A parte de esta caminata de Monserrat, también llegué a ver un partido brutal de fútbol – Barcelona vs Valencia – que acabó con un resultado histórico. Elaboramos un plan yo y un amigo durante la Navidad para que vinieran él y su amigo desconocido para pasar un finde en Barcelona. Por suerte, me llevé muy bien con su amigo, ya que ¡los tres compartíamos mi habitación! El sábado salimos a bailar y el domingo nos pasamos por Montjuic para el atardecer, antes de entrar al Estadi Olímpic Lluís Companys como “culeres” o “blaugranas” (catalán, o *“azulgranas”* en español) para el partido. Salió toda la fuerza de Barça en un derrote brutal de Valencia, con un montruoso 7 goles; terminó 7-1.
Por otro lado, en el laboratorio todo sigue a máxima intensidad, como cultivo 2 generaciones de 3 líneas de organoides cerebrales para mi proyecto. Es decir, el cultivo es una hazaña exigente, ya que para el primer mes hace falta alimentar y cuidar a las placas meticulosamente cada día (e incluso los sábados y domingos), con factores de crecimiento diferentes, lo que bien absorbe el tiempo laboral y libre. Los organoides que cultivamos proceden de células madre que crecemos antes de empezar el proceso, y porque estas células son reconocidos por su naturaleza entretenida, ha sido imposible empezar cada linea y generación de organoides todo a la vez. Como resultado, tenemos varios organoides con fechas de inicio diferentes, que nos exige mucha organización cada día para llevar a cabo diferentes fases de crecimiento. Los dos findes que tenía para Monserrat y el partido serán mis últimos tan libres para el resto de febrero.
Barcelona sigue sorprendiéndome en cada experiencia, ya sea en el laboratorio o en las montañas, ¡A ver qué más trae este 2025!
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English:
As the new year rolled in, I was determined to make the most of every moment of free time I had in Barcelona. The previous months had flown by, and I had no desire to leave with regrets. Plus, I still hadn’t visited the city’s most famous landmarks, having been swamped with work in the lab.
That said, I started 2025 off strong with a visit to Montserrat, a rural village in the mountains that’s a well known tourist paradise with stunning views over the entire city. I give all the credit to my Chilean flatmate because she was the one who suggested the idea, and as a good friend, I obviously joined in (or as they say in Chile, *apañarse*—so, *me apañé*). It was me, her, and another Mexican friend, all dressed in regular clothes, only to end up walking about 7.25 km with an ascent of 1,419 feet to take in a breathtaking view of our beloved city from above. We walked slowly to fully enjoy the absence of noise and pollution in the air – things that are abundant in central Barcelona… I took a TON of photos. I love pushing the limits of an iPhone camera and editing in Lightroom, so I’ll let you be the judge of the photos I’ve attached!
Likewise, this short hike was a perfect bit of training for my upcoming charity trek up Kilimanjaro, which I’ll be doing this August. That trek supports an organization that funds sanitation projects in Bomet, Kenya. The climb takes about six days, so I need to prepare well. There will be plenty more training opportunities, trust me!
Aside from the Montserrat hike, I also got to experience an insane football match – Barcelona vs. Valencia – which ended in a historic result. A friend and I had planned over Christmas for him and his (then unknown to me) friend to visit Barcelona for the weekend. Luckily, I got along really well with his friend because the three of us were all sharing my room! On Saturday, we went out for the “fiesta”, and on Sunday, we headed to Montjuïc for the sunset before entering the Estadi Olímpic Lluís Companys as *culers* or *blaugranas* (Catalan for *azulgranas* in Spanish) for the match. Barça unleashed their full force in a brutal thrashing of Valencia, scoring a monstrous 7 goals; the game ended 7-1.
On another note, things in the lab are as intense as ever, as I’m cultivating two generations of three lines of cerebral organoids for my project. Culturing them is a demanding task since, for the first month, the plates need to be meticulously fed and maintained every single day (including Saturdays and Sundays), with different growth factors, which takes up both work and free time. The organoids we cultivate come from stem cells that we grow beforehand, and since these cells are notorious for being difficult to work with, it has been impossible to start all the lines and generations of organoids at the same time. As a result, we have several organoids with different start dates, which requires careful organization every day to manage the different growth phases. The two weekends I had for Montserrat and the football match will be my last *truly* free ones for the rest of February.
Barcelona continues to suprise me, whether in the lab or the mountains… Let’s see what more 2025 brings!