A principios de noviembre, el sol seguía brillando como siempre, aunque con un cansancio que insinuaba la inminente llegada del invierno. Dicho esto, en un finde de
temperaturas agradables que superaban unos 20 grados, yo y mis compañeros de piso aprovechamos para irnos a la playa como si fuera la última oportunidad del año. Salimos con la intención de evitar las playas concurridas turísticas de Barcelona, cogimos el tren fuera de la ciudad hacia la playa de Masnou cargados con mantas, comida y una reserva de sangría en la mochila. Llegamos a un lugar secreto donde pasamos el día relajados mientras mis amigos en Inglaterra sufrían el frío… ¡un día perfecto!
El cierre de ese fin de semana trajo consigo un esperado influjo de aires fríos, y me di cuenta del error cándido de solo traer camisetas y un par de sudaderas como la temperatura bajaba. Durante el siguiente período, logré salir un par de veces con mis compañeros de piso, aunque nos vino mejor quedarnos en el piso disfrutando de copas, juegos de cartas, y buena conversación. Les enseñé a mis compañeros un juego de cartas denotado “Gatitos Explosivos”, con las cartas en español y pasamos un buen rato. También tuve el placer de probar kombucha catalana (foto incluida), elaboradas aquí en Cataluña de manera sostenible y con ingredientes locales, ¡una verdadera delicia! A quien me lea que se encuentre con ganas de probarla, así como la comida fabulosa catalana, recomiendo mucho el restaurante Teresa Carles en el centro de la ciudad para poder disfrutar de la gastronomía del territorio.
En cuanto al trabajo, el ritmo siguió siendo exigente, aunque este mes me presentó la oportunidad increíble de asistir a un simposio científico internacional de medicina regenerativa por parte de mi empresa. Este evento animado y lleno de estudios punteros nos dio una perspicacia en la versatilidad de células madre por medio de multíples charlas cautivadoras. Fuera del trabajo de mis colegas, lo que apoyé con orgullo, aprendí una miríada de investigaciones fascinantes. El papel de macrófagos en la recuperación de lesiones, los entresijos del pH ósea en la regeneración de células precursoras hematopoyéticas, y la acumulación de cambios géneticos durante cultivo de hPSC aún no forman la mitad de los ejemplos. Fueron 15 charlas fascinantes en un solo día. Irónicamente, ¡en este momento me tocó la medicina regenerativa por la sobredosis de ciencia!…
Ahora, mientras nos acercamos a la Navidad, la ciudad brilla con luces y decoraciones festivas. Pronto volveré con mi familia para celebrar, pero definitivamente echaré de menos Barcelona. ¡Hasta el próximo año!
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ENGLISH: You can be cold in a hot country too…
At the start of November, the sun still shone brightly, though with a weariness which hinted at winter’s imment arrival. On a warm weekend with temperatures above 20°C, my housemates and I seized the chance to head to the beach, treating it as the year’s last opportunity. To avoid Barcelona’s crowded tourist beaches, we took the train to Masnou, armed with blankets, food, and a stash of sangria. We found a hidden spot, relaxed all day, and savored the warmth while friends back in England faced the cold—a perfect day!
The end of that weekend brought an expected chill, and I quickly realised my naive mistake of packing only T-shirts and a couple of hoodies. In the following weeks, though we ventured out occasionally, we mostly stayed in, enjoying drinks, card games, and great conversations. I introduced my housemates to the Spanish version of “Exploding Kittens,” and we had a blast. I also got to try Catalan kombucha (photo included), sustainably made with local ingredients—a true delight! For anyone curious, I highly recommend trying it, along with the incredible Catalan cuisine. If you’re in Barcelona, don’t miss *Teresa Carles* in the city center, a fantastic spot to experience the region’s flavors.
Work remained demanding, but this month gave me the incredible opportunity to attend an international symposium on regenerative medicine hosted by my company. The lively event showcased cutting-edge research and offered insights into the versatility of stem cells through numerous captivating talks. Beyond proudly supporting my colleagues’ work, I gained exposure to fascinating studies, from macrophages’ role in injury recovery to the intricacies of bone pH in hematopoietic stem cell regeneration and the accumulation of genetic changes during hPSC culture. These 15 fascinating presentations were a whirlwind of inspiration, although ironically, I think *my* brain was the one which needed regenerating after the onslaught of information!
Now, as the holiday season approaches, the city sparkles with festive lights and decorations. Soon, I’ll return to my family to celebrate, but I’ll undoubtedly miss Barcelona. See you in the New Year!